Es brusco, duro y totalmente imprevisible.

No es cauto, ni contemplativo. Es un volcán. Silencioso y firme un segundo, y una pesadilla al siguiente.

Pero eso no es lo peor.

¿Este tipo? Es un forastero y en mi mundo los forasteros no pertenecen a ningún lugar.

No son deseados, no son bienvenidos y se sabe que desaparecen sin dejar rastro; sin embargo, a él no parece importarle.

Después de una noche de rebelión imprudente, el tirano tatuado sigue regresando por más, colándose en mi mundo sin permiso y causando problemas que no puedo permitirme.

Debería acabar con esto ahora, antes de que mi padre descubra su existencia y lo haga por mí, pero no me lo permite.

Dice que me guste o no... ahora soy suya, que nada ni nadie se interpondrá en su camino.

Lo que se niega a entender es que soy una chica Greyson, una especie de reina codiciada en el mundo del crimen clandestino.

Él es un don nadie, un hombre insignificante sin nada a su nombre, lo que lo convierte en una amenaza para mí.

Nunca podríamos ser, pero él no lo oirá de mí.

¿Y yo? Sé exactamente cómo termina esto.

O eso creía, hasta que la traición quema tan hondo que de repente nada tiene sentido.

Nada excepto él...