Habiéndome criado como lo hice, cualquiera pensarÃa que estarÃa más destrozado de lo que lo que en realidad estoy.
En cuanto cumplà dieciséis , dejé ese bache en el camino, llamé a casa y me fui a la calle a vivir a mi suerte.
La mejor decisión que he tomado.
Ahora, con veintiséis años, estoy educada, con un trabajo y soy muy buena en mi trabajo.
Mis amigos se han convertido en mi familia. Al igual que yo, ellos saben lo que es crecer sin amor.
Pero el dicho es cierto.
El mundo deja paso a los que saben dónde van.
Esa soy yo.
Yo sé a dónde voy, y voy a llegar hasta el final. En mis propios términos y a mi propio ritmo.
Pero entonces está él.
Siento sus ojos en mÃ. Lo veo oculto a plena vista. Él me observa.
Él me hace sentir.
Es poco convencional.
Pero es real.
Estoy segura de que te estarás preguntando cómo una persona se puede enamorar de su acosador.
Yo también
Esta no es una historia.
Esta es mi vida.
Mi matrimonio parecÃa perfecto visto desde fuera.
La gente me envidiaba. QuerÃan mi vida, querÃan ser yo.
La señora Alejandra Gambino.
Esposa de Dino Gambino. Hija de Eduardo Castillo.
Respetada. Amada. La realeza de la mafia.
No tenÃan ni idea de los horrores que se escondÃan detrás de las puertas cerradas.
No sabÃan que estaba en el punto más bajo que una persona podÃa alcanzar.
Introduzcan a Julius Carter.
El distante, guapo y de ojos azules, Julius Carter.
Él me salvo.
Yo lo jodÃ.
Ahora todo el mundo estaba detrás de mÃ. Mi vida estaba acabada.
Solo era cuestión de tiempo. Era una mujer muerta.
La pregunta era, ¿quién me atrapará primero?
Han pasado seis años desde que mi mundo fue puesto de cabeza.
Él me expuso al lado más oscuro de la vida y nunca pude regresar a ser la persona que era.
He pasado por más cosas de las que la persona promedio siquiera pudiera entender.
Aunque si tuviera la oportunidad ¿regresarÃa el tiempo y harÃa las cosas de manera diferente?
De ninguna manera.
Lo elegirÃa mil veces. Un millón de veces. Por toda la eternidad.
Supongo que no mucho ha cambiado.
Mi nombre es Alexa Ballentine y aún estoy enamorada de mi acosador.